dimarts, 25 d’agost del 2015

Los Radicales Libres y como combatir con ellos.

Los radicales libres (RL) son unas moléculas que derivan del oxígeno, están en continua formación en las células del organismo, y en pequeñas cantidades no producen efectos tóxicos, actúan como mensajeros celulares. Cuando se producen en mayores cantidades son dañinos porque atacan a otras moléculas, como las proteínas, los ácidos úricos, el ADN.

En situación normal la producción de RL es constante en una concentración determinada, y son neutralizados por las defensas antioxidantes, estas pueden ser sustancias propias del organismo (las enzimas antioxidantes), o pueden ser sustancias que vienen con los alimentos (la vitamina C, la E y el beta caroteno).

Si hay exceso de RL los antioxidantes naturales pueden no alcanzar, o también puede haber una disminución de la producción de las defensas antioxidativas, a esto se le llama actualmente estrés oxidativo. Este estrés produce efectos tóxicos y genera patologías, fundamentalmente enfermedades arterioscleróticas.Estas son enfermedades coronarias, accidentes cerebro vasculares, problemas obstructivos de los miembros inferiores, aneurismas arteriales, entre otras. El daño provocado por los RL en los ácidos nucleicos, produce lesiones o mutaciones celulares, que derivan en la aparición de determinados tumores.

De las numerosas teorías sobre el envejecimiento, muchas han quedado relegadas a lo largo de los años, pero la que señala RL, o al estrés oxidativo como el agente causal, permanece vigente. Se aconseja , de manera preventiva, a partir de los 30 años, comenzar a tomar complejos antioxidantes, que pueden ser muy útiles para prevenir el envejecimiento precoz y las enfermedades degenerativas.

dilluns, 24 d’agost del 2015

Carbohidratos simples y complejos

La función principal de los carbohidratos es suministrar energía al cuerpo para poder realizar cualquiera actividad física. Representan el combustible necesario para que el cerebro y los músculos rindan a lo largo del día. Pero no todos los carbohidratos son iguales, se clasifican en dos grupos de acuerdo a la estructura química del alimento y la rapidez con la que se absorbe el azúcar: simples y complejos.

Carbohidratos simples

Los carbohidratos simples se digieren rápidamente y pasan al torrente sanguíneo en pocos minutos, produciendo una condición de hiperglucemia por la elevada concentración de azúcar en sangre. El organismo segrega la hormona insulina para contrarrestar la hiperglucemia, pero una vez que los requerimientos están cubiertos, el “superávit” de hidratos se convierte en grasa.

Como ejemplos de carbohidratos simples podemos citar el azúcar de mesa, la bollería industrial, los dulces, los pasteles, las harinas refinadas, los refrescos y, en general, gran parte de la comida procesada. También lo son los azúcares naturalmente presentes en frutas, miel, melazas y jarabes de cereales. Sin embargo, en comparación con los productos refinados, estos alimentos aportan más beneficios al contener vitaminas, minerales y fibra.

Carbohidratos complejos

Por el contrario, los carbohidratos complejos tardan más en absorberse, de modo que la elevación de la glucosa en sangre es más lenta y progresiva. Dicho con otras palabras, permiten controlar los niveles de azúcar, triglicéridos y colesterol en sangre. Además, ponen a disposición del organismo un combustible de larga duración, incrementando la sensación de saciedad.

La mayoría de fuentes alimenticias con carbohidratos complejos poseen, además, proteínas, minerales, fibra y vitaminas: legumbres, cereales integrales y verduras como el brócoli, la coliflor o las espinacas. También formarían parte de este grupo algunas frutas (manzanas, pomelos y albaricoques, entre otras) y lácteos (como el yogur sin azúcar).