dilluns, 12 d’octubre del 2015

¿Por qué los aceites y las grasas son esenciales, incluso cuando estás a dieta?

La gente a veces piensa que tiene que eliminar todas las grasas de su dieta para perder peso. A pesar de esa creencia popular, esto no es cierto. Aunque las grasas y aceites aportan mucha energía, también son esenciales para la vida, permitiendo que se desarrollen muchas de las funciones vitales del cuerpo. De hecho, una dieta de la que se hayan eliminado por completo las grasas puede ser dañina. Es más, la grasa es un soporte para el sabor: esa es la razón de que la comida sin ella no esté tan buena.

Los productos comerciales bajos en grasas a menudo llevan azúcares, almidones y otros aditivos para mejorar su sabor, ¡algo que tampoco es precisamente sano! En lugar de eliminar las grasas por completo, es importante elegir los tipos correctos de grasa.

Las grasas son esenciales para la vida.

Las grasas desempeñan un papel vital en nuestros cuerpos. Se encuentran en las membranas de nuestras células. Sirven para amortiguar los órganos internos y para transportar las vitaminas liposolubles. También apoyan las muchas funciones metabólicas del cuerpo. Pero no vale cualquier tipo de grasa. Cada tipo de grasa tiene una estructura química distinta que afecta al cuerpo de forma diferente. Además, demasiada grasa puede ser perjudicial y puede derivar en niveles excesivos de lípidos en la sangre, algo que se debe solucionar.

La calidad es clave.

Como regla general, ten cuidado cuando se trate de grasas animales. Los aceites vegetales y de frutos secos contienen ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados además de vitamina E. Por otro lado, la grasa de la carne, la mantequilla y la manteca contiene ácidos grasos saturados.

Hay excepciones también. El aceite de coco contiene ácidos grasos de cadena media que tienen diversos beneficios. Y además los aceites de pescado, como por ejemplo: el salmón, el arenque o la caballa, que aportan ácidos grasos omega 3 buenos para el corazón. Estos ácidos grasos tienen un efecto positivo en el metabolismo de las grasas.

Cuidado con las grasas ocultas.

Gran parte de las grasas y aceites que consumimos están ocultas en las comidas procesadas que compramos. Los productos de pastelería, las galletas, el queso, las pizzas y salchichas contienen grasas invisibles.

La mejor forma de comprender el contenido graso de un producto es echar un vistazo a la etiqueta. Puede que te sorprendas al descubrir cuánta grasa hay oculta en algunos de los alimentos que consumes. La grasa que se usa en estos productos a menudo consiste en aceites hidrogenados o grasas transgénicas. Así que cuando hagas la compra, busca productos que digan "sin grasas transgénicas” en la etiqueta.

Consume grasas con moderación.

La grasa contiene el doble de calorías que una proteína o un carbohidrato. Por esa razón es importante que no te excedas. Para asegurarte de que tomas la cantidad adecuada de grasa, cuando cocines:

•    Usa sartenes antiadherentes para freír. Utiliza una cuchara para medir el aceite y la nata que uses al cocinar. De esta forma podrás controlar exactamente cuánta grasa estás consumiendo.

•    No te preocupes por el sabor. Las hierbas y especias mejorarán el sabor de cualquier plato y también son ricas en nutrientes, además de no tener apenas calorías.

•    Usa el horno para hacer el pescado con especias o para preparar otros platos.

•    Pon mostaza, tomate triturado o queso en crema bajo en grasas en el pan o la tostada en lugar de mantequilla o margarina.

•    El queso y otros productos lácteos están disponibles bajos en grasas. Decide el nivel ideal de grasas para tu dieta.

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